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Gaia (la biosfera)

Según la hipótesis de Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un sistema autoregulado. La teoría fue publicada por el químico James Lovelock en 1979 siendo apoyada y extendida por la bióloga Lynn Margulis. La concepción de la Tierra como un organismo concibe la historia de la Tierra como si se tratase de un ser vivo compuesto de diferentes órganos.

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El entendimiento de la convivencia, la cooperación, la competencia y la destrucción en la naturaleza y en el hombre, para lograr que la convivencia y la cooperación predominen.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

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Tasa de extinción en porcentaje de géneros de animales marinos. Arriba se simbolizan los periodos geológicos y abajo el tiempo, que corre de izquierda a derecha. Y puede verse un decrecimiento de la tasa de extinción, una mayor estabilidad y continuidad de la vida como si la biosfera se estuviera autoregulando Foto: Wikipedia.

La sucesión de Fibonacci en la naturaleza

Domingo, Noviembre 22nd, 2009 | Author: Jp Neira
Una sucesión matemática es una aplicación definida sobre los números naturales. Esto, en castellano, quiere decir que es una serie de números que se genera aplicando determinadas reglas. De hecho, es muy sencillo imaginar una sucesión de números, y existen infinitas de ellas. Sin embargo, algunas son más “famosas” que otras. Por lo general, se intenta que las leyes que dan lugar a la sucesión sean lo mas simple y claras posibles. Leonardo de Pisa (1170 – 1250), también conocido como Fibonacci, fue un matemático italiano que se hizo famoso al difundir en Europa el sistema de numeración que emplea notación posicional (de base 10, o decimal) y un dígito de valor nulo (el cero) que usamos en la actualidad. Leonardo también ideó una sucesión de números que lleva su nombre, la llamada “sucesión de Fibonacci”.
Flor del girasol, 55 espirales en un sentido y 89 en el otro, o bien 89 y 144 respectivamente.
Flor del girasol, 55 espirales en un sentido y 89 en el otro, o bien 89 y 144 respectivamente.
Se trata de una sucesión muy simple, en la que cada término es la suma de los dos anteriores. La sucesión comienza por el número 1, y continua con 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987, 1597, 2584…, ya que 1 = 0+1; 2=1+1; 3= 1+2; 5=2+3; 8=3+5; 13=5+8=; 21=8+13… etc. Los números de Fibonacci, otro de los nombres que recibe este grupo de  valores, poseen varias propiedades interesantes. Quizás una de las más curiosas, es que el cociente de dos números consecutivos de la serie se aproxima a la denominada “razón dorada”, “sección áurea” o “divina proporción”. Este número, descubierto por los renacentistas, tiene un valor de (1+ raíz de 5)/2 = 1.61803…, y se lo nombra con la letra griega Phi. La sucesión formada por los cocientes (resultados de la división) de números de Fibonacci consecutivos converge, rápidamente, hacia el número áureo. Los griegos y renacentistas estaban fascinados con este número, ya que lo consideraban el ideal de la belleza. Un objeto que tuviese una proporción (por ejemplo, entre el alto y el ancho) que se ajustase a la  sección áurea era estéticamente más agradable que uno que no lo hiciese.
Si. El largo de tus falanges también respeta la sucesión de Fibonacci.
Si. El largo de tus falanges también respeta la sucesión de Fibonacci.
¿Como es posible que el cociente de dos números de una secuencia inventada por el hombre se relacionase con la belleza? La razón es simple:  la sucesión de Fibonacci está estrechamente emparentada con la naturaleza. Algunos aseguran que Leonardo encontró estos números cuando estudiaba el crecimiento de las poblaciones de conejos, y es muy posible que así sea. Imaginemos que una pareja de conejos tarda un mes en alcanzar la edad fértil, y a partir de ese momento cada vez engendra otra pareja de conejos, que a su vez (tras llegar a la edad de la fertilidad) engendrarán cada mes una pareja de conejos. ¿Cuántos conejos habrá al cabo de un determinado número de meses? Acertaste: cada mes habrá un numero de conejos que coincide con cada uno de los términos de la sucesión de Fibonacci. ¿Asombroso, verdad? Pero hay más.
El numero de conejos coincide con cada uno de los términos de la sucesión de Fibonacci.
El numero de conejos coincide con cada uno de los términos de la sucesión de Fibonacci.
Las ramas y las hojas de las plantas son más o menos eficientes para atrapar el máximo de luz solar posible de acuerdo a la forma en que se distribuyen alrededor del tallo. Si miras un poco en tu jardín, verás que no hay plantas en que las hojas se encuentren una justo en la vertical de la otra. En general, las hojas nacen siguiendo una espiral alrededor del tallo. Fijemos nuestra atención en una hoja de la base del tallo y asignémosle el número cero. Luego, contemos cuántas hojas hay en el tallo hasta encontrarnos directamente sobre la hoja “cero”. Veremos que en la mayoría de las plantas este número pertenece la sucesión de Fibonacci. Además,  si contamos cuántas vueltas dimos antes de obtener la superposición de las hojas, nuevamente se obtiene un número de la sucesión de Fibonacci.
Las piñas poseen un número de espirales que coincide con dos términos de la sucesión de los números de Fibonacci.
Las piñas poseen un número de espirales que coincide con dos términos de la sucesión de los números de Fibonacci.
El número de espirales que pueden verse en numerosas variedades de flores y frutos también se ajusta a parejas consecutivas de términos de esta sucesión. El ejemplo más frecuentemente citado es la de la flor del girasol, cuya gran mayoría posee 55 espirales en un sentido y 89 en el otro, o bien 89 y 144 respectivamente.
Las hojas nacen siguiendo una espiral alrededor del tallo.
Las hojas nacen siguiendo una espiral alrededor del tallo.
Las margaritas también obedecen a esta secuencia, y acomodan sus semillas en forma de 21 y 34 espirales. Las piñas, prácticamente cualquier variedad que encuentres, también presentan  un número de espirales que coincide con dos términos de la sucesión de los números de Fibonacci, por lo general 8 y 13  o 5 y 8. Cuando uno comienza a bucear un poco en la forma en que los vegetales crecen o acomodan sus semillas, pareciera que se han programado en sus códigos genéticos los términos de la sucesión de Fibonacci. Sin embargo, solo se trata de los resultados de la evolución, una cuestión meramente práctica que coincide con los números de Leonardo.
Las margaritas acomodan sus semillas en forma de 21 y 34 espirales.
Las margaritas acomodan sus semillas en forma de 21 y 34 espirales.
Simplemente, las plantas que acomodan sus semillas de esta forma logran “meter” una mayor cantidad de ellas en el mismo espacio, “economizando” valiosos recursos. A lo largo de los milenios, la selección natural las ha premiado con la proliferación, a la vez que ha extinguido a las menos eficientes. La razón por la que los números de Fibonacci pueden encontrarse en tantos ejemplos de la naturaleza, también se relaciona estrechamente con el nexo que existe entre esta sucesión y el número áureo, motivo por el cual los griegos encontraban “tan naturales y agradables” las obras que se basaban en él. Como lo explica el profesor y matemático inglés, Dr. Ron Knott (Universidad de Surrey, Reino Unido):
“¿Por qué encontramos el número Phi tantas veces, al estudiar el crecimiento de los vegetales? La respuesta está en los empaques: encontrar la mejor manera de ordenar los objetos para minimizar espacio perdido. Si te preguntasen cuál es la mejor forma de empacar objetos, seguramente responderías que depende de la forma de los objetos, ya que los objetos cuadrados quedarían mejor en estructuras cuadradas, mientras que los redondos se ordenan mejor en una estructura hexagonal. (…) Pero, ¿cómo ordenar las hojas alrededor de un tallo, o las semillas en una flor, cuando ambas siguen creciendo? Al parecer, la Naturaleza usa el mismo patrón para disponer las semillas en una flor, los pétalos en sus bordes, y el lugar de las hojas en un tallo. Aún más, todos estos ordenamientos siguen siendo eficaces a medida que la planta crece. Este patrón corresponde a un ángulo de rotación a partir del punto central, mediante el cual los nuevos elementos (hojas, pétalos) se van organizando a medida que crecen.
Los botánicos han demostrado que las plantas crecen a partir de un pequeño grupo de células situado en la punta de cada sección que crece: ramas, brotes, pétalos y otras. Este grupo se llama meristema. Las células crecen y se ordenan en espiral: cada una se “dirige” a una dirección manteniendo un cierto ángulo en relación al punto central. Lo asombroso es que un solo ángulo puede producir el diseño de organización óptimo, sin que importe cuánto más va a crecer la planta. De modo que, por ejemplo, una hoja situada en el inicio de un tallo será tapada lo menos posible por las que crecen después, y recibirá la necesaria cantidad de luz solar. Y ese ángulo de rotación corresponde a una fracción decimal del número áureo: 0.618034″.
Las galaxias tambien creen en Fibonacci.
Las galaxias tambien creen en Fibonacci.
A una escala mucho mayor, los brazos en espiral de las galaxias también se acomodan según los números de  Fibonacci. Sin dudas, es sorprendente la relación que existe entre la matemática y la naturaleza, pero no se trata en absoluto de una casualidad. ¿Qué te parece?
Via | Neoteo

VIDA EN 10 LUGARES INHÓSPITOS, IMPROBABLES Y ABSURDOS

Lunes, Noviembre 30th, 2009 | Author: Jp Neira
Los lugares imposibles para albergar vida, y sus adaptados habitantes son los siguientes:
1. Las heladas tierras árticas de Siberia y Alaska, donde habita el eider de anteojos, Somateria fischeri, una anátida que sobrevive a las bajas temperaturas actuando cooperativamente con el resto de la bandada y removiendo el agua para evitar que se congele.
Varios ejemplares de Somateria fischeri.
Fuente de la imagen: Commons Wikimedia.
2. Los gélidos hielos de Alaska, donde se encontraron ejemplares de la bacteria extremófila Carnobacterium pleistocenium, que resistía este clima extremo en forma de esporas en el permafrost y cuyos ejemplares se consiguieron reactivar en laboratorio después de 32000 años en estado latente.
Carnobacterium pleistocenium, de color verde.
Fuente de la imagen: NASA
3. Los manantiales termales de Yellostone, donde sobrevive a las altas temperaturas del agua, que rondan la ebullición, viven multitud de bacterias, entre las que se encuentra Thermus aquaticus, una termófila bien conocida en los laboratorios de genética.
Thermus aquaticus.
Fuente de la imagen: EHU
4. Los áridos terrenos del Valle de la Muerte en California, hábitat de los peces conocidos como cachorritos del Agujero del diablo, Cyprinodon diabolis, unos pequeños pececitos que aguantan la sequía en un pequeño acuífero subterráneo al que solo se puede llegar por una estrecha grieta.
Cyprinodon diabolis.
Fuente de la imagen: Wikipedia.
5. Las fuentes o fumarolas hidrotermales de los fondos marinos, donde se encuentran ricos y complejos ecosistemas cuya base esta formada por bacterias, como Thermodesulfobacterium hydrogeniphilum, una termófila que proporciona nutrientes a una serie de invertebrados como camarones, percebes, mejillones…
Thermodesulfobacterium hydrogeniphilum.
Fuente de la imagen: Wikipedia.
6. Regiones de la estratósfera a 20.000 metros de altura, donde se encontraron colonias de bacterias, Bacillus sphaericus y hongos, como Penicillium sp.
Bacillus sphaericus.
Fuente de la imagen: Agavebio.
7. Las Islas Galápagos, y muchas otras islas volcánicas, que pese a su origen ardiente y deshabitado, en la actualidad son un vergel donde conviven multidud de especies de plantas y animales. En las Galápagos, por ejemplo, podemos encontrar a las emblemáticas tortugas de las Galápagos, Geochelone nigra, o los pingüinos de las Galápagos, Spheniscus mendiculus, los únicos que viven en una zona ecuatorial.
Dos ejemplares de Spheniscus mendiculus.
Fuente de la imagen: Wikimedia Commons.
Geochelone nigra.
Fuente de la imagen: Wikimedia Commons.
8. Three Mile Island y Chernobil, dos pesadillas nucleares que tras sufrir, sendos accidentes, siguen teniendo altos indices de contaminación radiactiva. En ambos casos había una gran actividad microbiana, y concretamente en Chernóbil, se encontró un hongo, Cryptococcocus neoformans, que utiliza la radiación en beneficio propio.
Ciclo vital de Cryptococcus neoformans.
Fuente de la imagen: The Science Creative Quarterly.
9. Los fríos inviernos de Alaska y Siberia, donde encontramos a un mamífero excepcional, la ardilla ártica, Spermophilus parryii, y un anfibio, la rana de bosque de Canadá, Rana sylvatica, no menos asombroso. La primera sobrevive con una temperatura corporal por debajo de 0º C, mientras que la segunda es capaz de congelarse y descongelarse y seguir viviendo “tan fresca”.
Spermophilus parryii.
Fuente de la imagen: Corbis images.
Rana sylvatica congelada.
Fuente de la imagen: Discover magazine.
10. Una mina de oro sudafricana, donde podemos encontrar el único ecosistema formado por una sola especie, donde esta vive en la más absoluta soledad. Se trata de una bacteria, Candidatus desulforudis audaxviator, llamada la audaz viajera, capaz de vivir aislada, en una completa soledad, a 60º C de temperatura y sin oxígeno.
Candidatus desulforudis.
Fuente de la imagen: Curiosidades de la microbiología.

viernes, 27 de noviembre de 2009

las bacterias pueden asimilan ADN del medio ambiente

 Los científicos creen que esta resistencia se debe a la adaptación de bacterias como las neumocócicas, capaces de asimilar el ADN de otras bacterias, incluso de otras especies.

El Dr. William Hanage, autor principal del estudio, decía: "Las bacterias tienen una vida sexual muy peculiar. Mientras los seres humanos tienen hijos al mezclar su ADN con el de su pareja, las bacterias pueden asimilan ADN de todo tipo de lugares, incluso de otras especies. Nuestra investigación muestra que las bacterias, al hacer eso, y asimilar junto al propio el de otras especies que son más propensas a desarrollar resistencia a los antibióticos, se protegen de estos medicamentos".

Es más común entre bacterias de la misma especie pero, a diferencia de los animales, las bacterias pueden a veces experimentar la recombinación con diferentes especies de bacterias, lo que significa que las células hijas tendrán el ADN de estas especies.

Algunas combinaciones de ADN ayudan a las bacterias a sobrevivir mejor. Los investigadores examinaron el ADN de 1.930 diferentes cepas de neumococo, hallaron que las bacterias con el ADN mezclado tenían más resistencia a los antibióticos.

- Publicado en PhysOrg.com, 11/06/09
- Fuente: Imperial College London.

Inteligencia microbiana

02/07/2009La gran mayoría de las especies de la Tierra son unicelulares. La mayoría de estas permanecen en la oscuridad, muchas ni siquiera han sido nombradas, pero algunas de las relativamente pocas especies que han sido estudiadas presentan notables habilidades.

Habilidades físicas: algunos microorganismos son increíblemente fuertes, otros pueden hibernar durante cientos de miles de años o prosperar en ambientes tan extremos, que matarían a la mayoría de otras formas de vida en un instante.

Sin embargo, muchas
protistas y bacterias, también presentan un comportamiento que denota inteligencia. Este comportamiento no es el resultado de un pensamiento consciente, del tipo que encontramos en los humanos y otros animales complejos, porque los organismos unicelulares no tienen sistema nervioso, ni qué decir de cerebros.

Una mejor explicación es que tienen "ordenadores biológicos", con mecanismos internos que pueden procesar la información. Aquí están algunos de los ejemplos más notables de este comportamiento "inteligente".

Comunicación

Las bacterias se hablan unas a otras por medio de productos químicos. Lo hacen por una serie de razones, algunas de ellas difíciles de entender a menos que seas una bacteria (o un bacteriólogo dedicado), pero uno de estos sencillos mecanismos lo demuestra la
Bacillus subtilis.

Si los individuos de B. subtilis están creciendo en un área pobre de alimentos, liberan entonces unas sustancias químicas en su entorno. Básicamente, dicen a sus vecinos: "No hay mucho alimento aquí, fuera de aquí o pasa hambre".

En respuesta a estos mensajes químicos, las otras bacterias se van más lejos, cambiando completamente la forma de la colonia.

La toma de decisiones

Muchos organismos unicelulares pueden terminar como muchas otras bacterias de su propia especie que se encuentran en sus cercanías, una habilidad conocida como "
quorum sensing".

Cada bacteria libera una pequeña cantidad de una sustancia química en su entorno, un producto químico que pueden detectar a través de receptores en su pared externa. Si hay muchas otras bacterias a su alrededor, todas liberan el mismo producto químico, los niveles pueden llegar a un punto crítico y provocar un cambio de comportamiento.

Las bacterias patógenas (causantes de enfermedades), utilizan con frecuencia el quórum sensing para decidir el momento de lanzar un ataque contra su anfitrión. Una vez que han acumulado el número suficiente para abrumar al sistema inmunológico, entonces colectivamente lanzan un asalto al cuerpo. Bloqueando sus señales puede prepararnos de una forma de defendernos.

La vida en la ciudad

Las bacterias no sólo pueden ser locuaces y cooperativas, sino que también forman comunidades. Cuando lo hacen, el resultado es una biopelícula, más conocida como la delgada capa de limo que cubre los interiores de las tuberías de agua, o las superficies de cocina en las residencias de estudiantes. También se encuentran en refugios biológicos, como el interior del sistema digestivo humano y en cualquier lugar, de hecho, donde haya mucha agua.

Muchas especies distintas viven en un lado u otro de estas "ciudades bacterianas", masticando los desperdicios de otros, cooperando para aprovechar las fuentes de alimentos, y salvaguardándose unos a otros frente a las amenazas externas, como los antibióticos.

Mutación acelerada

Muchos microbios pueden acelerar el ritmo en que sus genes mutan. Esto les permite obtener nuevas habilidades que les ayuda cuando las condiciones se ponen difíciles. Esta es una estrategia arriesgada, ya que muchas de las nuevas mutaciones pueden ser nocivas e incluso mortales, en efecto, es el último recurso cuando queda poco por perder.

Los ejemplos son legión: La
escherichia coli muta más rápidamente cuando está bajo estrés (Science, DOI: 10.1126/science.1082240), y la levadura también se ha demostrado que realiza el mismo truco (Critical Reviews in Biochemistry and Molecular Biology, DOI: 10.1080/10409230701507773) .

Durante los primeros años de la década de 1990, los investigadores sugirieron que las bacterias podrían tener una forma de "elegir" las mutaciones particularmente útiles. Esta idea de la mutación dirigida fue extremadamente controvertida, y en 2001, las pruebas se amontonaban en su contra (Nature Reviews Genetics, DOI: 10.1038/35080556).

La navegación

Es de común conocimiento que muchos animales pueden navegar a través de grandes distancias, las abejas y las aves migratorias se encuentran entre los ejemplos más conocidos. Pero los microbios son también muy buenos en eso.

Las algas unicelulares, llamadas colectivamente
Chlamydomonas, nadan hacia la luz, pero sólo si es de una longitud de onda que puedan utilizar para la fotosíntesis.

Del mismo modo, algunas bacterias se mover de acuerdo a la presencia de sustancias químicas en su medio ambiente, un comportamiento llamado
quimiotaxis. Las Echerichia coli, por ejemplo, se mueven como tiburones siguiendo un rastro de sangre, si algunas moléculas de alimentos se reducen en su entorno.

Otro grupo de bacterias se adhieren al campo magnético de la Tierra, lo que les permite direccopnarse al norte o al sur (Science, DOI: 10.1126/science.170679). Conocidas como bacterias magnetotácticas, su especial capacidad viene determinada por unos orgánulos especializados cargados con cristales magnéticos.

Pero tal vez, la más notable hazaña de navegación microbiana, se realiza por la
Physarum polycephalum del limo. Esta colonia de organismos similares a las amebas, siempre encuentran el camino más corto a través de un laberinto.

Aprendizaje y memoria

Cuando la ameba
Dictyosteliida busca alimentos en la superficie de una placa de Petri, lo hace en turnos frecuentes. Pero no lo hace totalmente al azar.

Busca hacia la derecha, y vuelta hacia la izquierda, en turnos alternativos. En cierto modo, "recuerda" cuál es la dirección de última vez. El esperma humano tiene la misma capacidad.

La Echerichia coli todavía es mejor. Esta bacteria, dedica parte de su ciclo de vida a viajar por el sistema digestivo humano, encontrando diferentes ambientes allá por donde va. En el curso de su viaje, se encuentra la lactosa antes de que se encuentre relacionada con el azúcar, la maltosa. En su primera degustación de la lactosa, se activa la maquinaria bioquímica para digerirla, pero también se activa, en parte, los mecanismos de la maltosa, de modo que estará lista para una fiesta tan pronto como la alcance.

Para demostrarlo, los investigadores de la Universidad de Tel Aviv alimentaron una E. coli durante varios meses con lactosa, pero sin maltosa. Descubrieron que las bacterias gradualmente cambiaron su comportamiento, de manera que ya no se molestaban en cambiar el sistema para digerir maltosa (Nature, DOI: 10.1038/nature08112).

Es notable que, a pesar de estos comportamientos, probablemente no hayamos hecho más que arañar la superficie de lo que los organismos unicelulares pueden hacer. Con tantas formas de vida microbiana todavía completamente desconocidas para la ciencia, debe de haber muchas más sorpresas esperando.

- Publicado en
NewScientist, el 30/06/09 por Michael Marshall

Mientras algunos microbios nos enferman, otros muchos juegan papeles vitales en nuestra fisiología.

Cada uno de nosotros contiene aproximadamente 10 veces más microbios que células en su cuerpo. El estudio demostró que los humanos llevan comunidades "personalizadas" de bacterias a su alrededor que varían ampliamente de la frente a los pies y de nuestras narices al ombligo. Una de las mayores sorpresas fue la variación cuánto había de una persona a otra en un mismo grupo sano de sujetos". Y mientras algunos microbios nos enferman, otros muchos juegan papeles vitales en nuestra fisiología. Nos dan la capacidad para digerir alimentos, cuyos nutrientes de otro modo se perderían para nosotros, y hacen lo que no pueden hacer nuestros cuerpos. Y sin embargo, dado que la gran mayoría de estos microbios mueren cuando no están en su hábitat natural, ha sido imposible estudiarlos y siguen siendo un misterio...La parte posterior de la rodilla, probablemente tiene más microbios que la boca o el intestino, esta es sólo una de las revelaciones sacadas de un estudio publicado en Science. Investigadores de la Universidad de Colorado, Boulder, han desarrollado el mapa más completo de microbios que habitan encima y dentro de nosotros. "Los sitios de mayor diversidad sobre la piel fueron los antebrazos, las palmas, el dedo índice, la parte de atrás de la rodilla y la planta del pie. Las axilas y las plantas de los pies mostraron algunas similitudes, tal vez porque son de ambientes oscuros y húmedos", señalaba Noah Fierer , uno de los autores del estudio.
 Cada una de las comunidades microbianas puede contener cientos o miles de diferentes especies. Por primera vez, los microbiólogos pueden comparar instantáneas genéticas de todos los microbios que habitan en las personas que difieren con la edad, el origen y el estado de salud. Mediante el análisis de las funciones de los genes de estos microbios, pueden descubrir los principales roles que estos organismos desempeñan en nuestros cuerpos.
"Tenemos un inmenso número de preguntas por responder", agregó Fierer, profesor de ecología y biología evolutiva en CU-Boulder, y co-autor del estudio "¿Por qué las personas sanas tienen estas comunidades microbianas? ¿Tenemos cada uno distintas firmas microbiana al nacer o evolucionan a medida que envejecemos? ¿Y qué cantidad es razonable tener? Simplemente no lo sé todavía".

- Adaptado de Technology Review, de 05/11/09 por Emily Singer

La resonancia magnética de la memoria sigue existiendo pese al olvido 12/09/2009

Supongamos que una mujer le resulta familiar, pero no puede recordar su nombre o dónde la conoció. Una nueva investigación de los neurólogos de la UC Irvine, sugiere que la resonancia magnética de la memoria sigue existiendo, simplemente no puedes recuperarla.

Utilizando avanzadas técnicas de imagen cerebral, descubrieron que la actividad cerebral de una persona, mientras recuerda un evento es muy similar a cuando la experimenta por primera vez, aunque el sujeto no pueda recuperar lo específico.

"Si los datos siguen estando ahí, esperamos poder encontrar la manera de tener acceso a ellos", comentaba Jeff Johnson, investigador del Centro de Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria de UCI, y autor principal del estudio publicado el 10 de septiembre en la revista Neuron.

"Al entender cómo funciona esto en adultos jóvenes y sanos, potencialmente podemos ganar penetración en situaciones en las que nuestra memoria falla más notablemente, por ejemplo, cuando nos hacemos mayores", añadió; "también podría arrojar luz sobre el destino de esos recuerdos vívidos de acontecimientos traumáticos que no podemos olvidar".

En colaboración con científicos de la Universidad de Princeton, Johnson y su colega Michael Rugg, director del CNLM, utilizaron imágenes de resonancia magnética para estudiar la actividad cerebral de unos estudiantes.

Ya dentro del escáner fMRI, a los estudiantes se le muestran palabras y se les pide que realicen diversas tareas: Imaginar cómo un artista dibujaría el objeto nombrado, pensar en cómo se utiliza el objeto, o pronunciar al revés la palabra en sus mentes. Así, el escáner capturó las imágenes de su actividad cerebral durante estos ejercicios.

Unos 20 minutos más tarde, los estudiantes vieron las palabras por segunda vez y se les pidió que recordaran todos los detalles que pudieran relacionar con ellas. Y una vez más, se registró la actividad cerebral.
Utilizando un método matemático llamado análisis de patrones, los científicos asociaron las diferentes tareas con distintos patrones de actividad cerebral. Cuando un estudiante tenía una fuerte remembranza de la palabra que señalaba una tarea determinada, el patrón era muy similar a la generada durante la tarea. Cuando el recuerdo era débil o inexistente, el patrón no era tan destacado, pero todavía era reconocible como perteneciente a esa tarea en particular.



"El analizador de patrones, podía identificar con precisión las tareas basadas en los patrones generados, independientemente de si el sujeto recuerdaba los detalles específicos", afirmó Johnson. "Esto nos dice, que el cerebro conoce algo acerca de lo que ha ocurrido, aunque no es consciente de la información".


- Adaptado de UC Irvine, de 09/09/09 por Jennifer Fitzenberger

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